Girardot sin salida.

JULIETH GONZALEZ

Quizá aseguré tiempo atrás que el tema político no afectaría mi vida y que las burlas que soportan hombres y mujeres que mantienen sus trabajos por gobernantes, yo nunca las sentiría. Pero el planeta tierra es redondo y da muchas vueltas unas en contra y otras a favor.

También es indudable que no es de mi interés sostenerme económicamente con jornadas políticas que en ocasiones lo que logran es satisfacer la necesidad de alcaldes por adquirir poder sobre una cierta cantidad de personas, a las que manejan a su gusto para obtener ganancia de ello.

Es verdad que hoy disfruto de la oportunidad de trabajar para el banco popular, una entidad privada que no muchos familiarizan con cambios de gobernantes políticos pero por el contrario, el banco es muy dependiente de todo este cambio ya que del nuevo alcalde depende un gran flujo de dinero manejado en cuentas.

Para algunas personas es extraño creer que yo me preocupara por política, pero sin querer podría firmar mi carta de despido sin haberla solicitado entonces solo queda entender y conocer del tema, porque el gobierno es quien monopoliza nuestra economía.

En fin por poco la despreocupación por algo esencial como lo es la democracia nos hace victimas de personajes que solo buscan beneficios comunes sin importarles el bienestar de la población.