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23 de noviembre de 2011

PARCIAL TALLER DE LECTO ESCRITURA                          28 / 10 / 2011

EL DOMINGO, YO NO VOY A VOTAR.
                                                                           Leidy Paola Díaz Caicedo
                                                                           (Autora)


Domingo 30 de octubre, el país se prepara para elegir que represente cada municipio y departamento ante el gobierno colombiano. Tal vez después de una buena experiencia o quizás una no tan buena, ya que no es muy positivo lo que alcanza el pueblo a rescatar en los noticieros; parapolítica, desfalcos. Elefantes blancos, etc. Dónde nuestros “amigos”, los políticos, no quedan muy bien parados en estos temas.
¿Qué puede pensar un joven o una joven como en mi caso, que acabo de ingresar a una universidad privada donde fue la única salida a mis problemas de preparación en la educación superior?
Cumplí los 18 hace más de un año y se supone que debió ser un día importante, teniendo en cuenta que al fin mi opinión la empezarían a tomar en cuenta ¿Quién? Nuestros “amigos” los políticos que son los voceros del pueblo. Pero no. Los jóvenes a un no mostramos un total interés en participar en la política, sin darnos cuenta que al no darle importancia a estos temas nosotros somos los más afectados. Nuestro es el futuro del país, no de los gobernantes de más de 40 años que ya tienen asegurada su vejez. A ellos no les interesan los esfuerzos que muchos de nosotros los jóvenes hacemos con tal de que algún día contemos que en nuestra hoja de vida este la certicación de una carrera profesional.
Sin embargo no hacemos nada. Hasta que nos vemos afectados, como ahora, con la ley 30, la reforma a la educación. Muchas protestas, cantidad de inconformidades. Etc.… todo esto se pudo evitar si nuestros “amigos” los políticos, se dieran cuenta que trabajando y haciendo la cosas bien habría más votantes jóvenes y no tendrían que hacerlo a la fácil, convenciendo a los abuelitos, resucitando a personas o desapareciendo otras.
Con todo esto lo único que se le pasa por la mente a un joven es; “en este país no hay democracia, aquí hay dedocracia, donde solo algunos importan, por lo tanto la política es una pérdida de tiempo”. No quiere decir que yo lo vea así, pero donde todo es un negocio y siempre alguien quiere beneficios a costa de otro, es difícil no decir el domingo, “yo no voy a votar”.
De todas formas no inscribí la cédula.


MARLY, LA MARIPOSA.

Decepcionada, por una tarde lluviosa, Marly observo a través de la ventana, sentada, se imagina jugando entre las flores, sintiendo el calor del sol en sus mejillas, disfrutando del paisaje, de pronto recuerda que afuera no deja de llover. Su madre, la señora  Olga, muy respetada en el vecindario, vio la cara de tristeza de su hija y dijo unas palabras que Marly jamás olvidaría. Vive tus días, como si cada uno fuera el último, sal y diviértete que aunque sea diferente no quiere decir que sea aburrido.
Marly pensó que mama Olga tenía razón que aunque lloviera hoy, se divertiría. Fue a su cuarto, cambio su atuendo por algo un poco mas invernal, se aproximo a la puerta y de un salto llegaría a lo que sería su gran aventura. No se imaginaria jamás lo difícil que sería volar entre las flores con las alitas mojadas, iba acercándose a la espesa niebla que se apoderaba del hermoso valle que ella conocía.
De pronto un gran rayo destrozó un árbol que estaba cerca a ella, cayeron trozos de madera y de un buen susto voló con fuerza, se sorprendió al abrir bien los ojos y no encontrar un lugar conocido, aterrizo en un enorme tronco, miró hacia todos los lados sin ver a nadie a quien pedirle que le ayudara, suspiro desesperada. De repente escuchó un ruido pequeño pero tenebroso, observó detenidamente y encontró una pequeña hormiguita a la que le pidió ayuda.
Ésta le dijo que volara lo más alto que pudiera y observara hacia abajo, así encontraría algo conocido que la haría volver a casa. Marly voló, voló con mucha fuerza hasta la copa más alta del árbol más grande del bosque, miro hacia abajo y vio la ventana donde se había imaginado hasta hacia algún momento volando entre las flores. Marly se emocionó y feliz se acercó con agilidad, llegó a su casa, abrazo a su  mamá y se dio cuenta de que aunque fue difícil, valió la pena arriesgarse para vivir algo que fue diferente pero divertido.
Autora…


Leidy Paola Díaz Caicedo.                        


Soneto.

LO QUE TÚ ME DISTE.

Cuando mi corazón solitario
Buscaba tú mirada en el cielo
Lleno de figuras tuyas, amor mío
Tus ideas eran mi único anhelo.
No creía en un destino incierto
Así me han obligado a creerlo
Solía decir que estaba escrito
Y mi corazón sólo, busco asilo.

Tú percibiste como resguardarlo
Y lo acobijaste con tú ternura.
El me dio razones para amarlo
Fuiste el que mis heridas curo.

Mientras me hablabas te miraba,
Sabes a silencio y a sueños.
Mientras las estrellas alcanzaba
En el fondo de mi alma te diseño.

Autora…
Leidy Paola Díaz Caicedo.


Los esfuerzos serán bien recompensados…


“Dios aprieta, pero no ahorca”
Dicho popular

Leidy Paola Díaz Caicedo
                                                                                                                                                                                           
El colegio es unas de las experiencias  más agradables de la vida, se te hace fácil conseguir amigos y no tienes mucho de qué preocuparte ya que tus papás te lo dan todo, y ya que corremos con esa suerte hay que valorarlo.
Yo salí de esta experiencia en el año 2008, y  ese día, 13 de Diciembre,  cuando me despedía de mis amigos de infancia me pregunté, ¿ahora qué sigue? Tenía muchos  planes e ideas, el problema es que desgraciadamente se necesitaba el dinero para cumplir muchas de las metas propuestas para llegar a ser alguien en la vida.
Yo siempre observe cómo mis papás se esforzaban trabajando para  comprarme a mí y a mis hermanas los útiles, los uniformes para el colegio y además de otros gastos de los cuales debían hacerse  cargo, su recompensa sentirse orgullosos de que fuéramos no solo profesionales, también unas personas de bien.
Volviendo al año 2008, cuando traté de contestarme esa pregunta, entendí que tenía que colaborarles a mis papás. Pensé tengo que trabajar… “trabajar” yo nunca había hecho algo parecido  y aunque hubiera querido mi papá jamás lo permitiría.
Encontré trabajo en uno de los restaurantes más bonitos de la ciudad y así  fue como empecé a ganarme mis propias cosas y valorarlas mucho más. Conocí gente que en este momento aún hace parte de mi vida.
Viví muchas experiencias nuevas, entre ellas entender que aunque no quieras hay que agachar la cabeza  porque aunque tengas la razón otros puede ser que no lo entiendan.
Pasaron seis meses donde fui favorecida por las oportunidades que te brindan. En este caso me inscribí en uno de los cursos que oferta el SENA, por eso de aprovechar el tiempo, sin embargo ahorré y en contra de los contratiempos y con la colaboración de mis papás estudié un TÉCNICO EN SEGURIDAD INDUSTRIAL, en la ciudad del Espinal. Estudiaba de día y trabajaba en las noches administrando un bar, y logré graduarme después de un año.
Luego de esto decidí ser una profesional, y me llamó mucho la atención la INGENIERÍA CIVIL ya que tengo personas cercanas a este campo. La más importante de todas, mi papá, que aunque no es profesional, gracias a su empeño y dedicación, tiene muchos conocimientos adquiriéndolos en la práctica. Yo espero desempeñarme igual o mejor que él lo hace en su trabajo.
No es mentira cuando decimos que valoramos más las cosas cuando más nos cuesta obtenerlas. Y sí que me va costar estudiar INGENIERÍA CIVIL en la UNIVERSIDAD PILOTO DE COLOMBIA en Girardot y no sólo son sacrificios, también mucha dedicación ya que aunque no tengo los medios económicos puedo trabajar y aunque acabo de empezar, a ratos quisiera tirar la toalla.
En conclusión va a ser difícil pero no imposible y aunque a veces  me sienta débil, sé cómo volver a levantarme, al fin, dicen que lo que no te mata te fortalece y en cinco años mis esfuerzos serán bien recompensados y habré pasado todas esas dificultades.


El coronel no tiene quien le escriba.
La vida es la cosa mejor que se ha inventado.
“EL CORONEL”

Leidy Paola Díaz Caicedo



En tiempos de guerra o anormalidad, el coronel no tiene quien la escriba representa la ilustración del soldado quien se presta a la actividad política y se muere con la ilusión de que el gobierno algún día reconozca su esfuerzo. En un pueblo de nombre desconocido Gabriel García Márquez cito a la soledad, el amor y la solidaridad. Donde aquel hombre que lo llama “el coronel” vivía con la ilusión de que en el correo viniera la solución a sus problemas económicos.
Vive en un lugar donde la pobreza es notable junto con su esposa una mujer enfermiza, la que todos los días le reclama por su ingenuidad. Esta lleva el luto de la pérdida de su hijo quien fue asesinado por pasar información no adecuada en días de guerra, el era su única fuente de ingresos que tenían por lo tanto quedaron desamparados.
Su hijo le dejo de herencia por decirlo así, un gallo de pelea, motivo por el cual su esposa le discutía ya que si no tenían para comer ellos mucho menos para mantener al gallo.
La historia se centra en la vida de él, un hombre paciente que nos enseña que lo último que se pierde es la esperanza, no  se deja desesperar por los problemas ni por la vida precaria que tenia. No le gustaba vivir de limosna, sin embargo sus vecinos y amigos siempre le colaboraban.
Desesperado por los comentarios de su esposa y la enfermedad que la acudida, decidido venderle al hombre más rico del pueblo el gallo y debido a su ingenuidad lo robaron.
Para concluir Gabriel, quería mostrar en esta obra quizás la vida de muchos soldados colombianos que ingenuos después de servir a la patria quedan con las manos vacías, luchando con sus familias y con la esperanza del coronel.
Hasta acabar con su paciencia y llegar a decir.
-          Mierda.

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